¿Cómo hacer la portada de mi libro?
Para crear la portada de tu obra es importante tener en cuenta los elementos de los cuales se compone. Tu portada debe tener el título de la obra, el nombre del autor (es decir, el tuyo), el logotipo del sello editorial y, principalmente, una ilustración llamativa y original. También requerirá otros elementos como la contraportada y el lomo. Por supuesto, los colores y tipografía son claves para una gran portada. Hoy hablaremos de cada uno de los elementos para hacer la portada de tu libro.
Índice
- Temática de la obra
- Tipografía de portada
- Contraportada
- Lomo del libro
- ISBN y código de barras
- Solapas
- Preparación del archivo editable
- Conclusiones
Primero que nada, olvídate del software gratis y de las plantillas del tipo “ponga su foto aquí”. Has trabajado mucho en tu obra y mereces algo que realmente valga la pena. En segundo lugar, huye del diseño “de Word”, el clásico fondo de un solo color con el nombre del libro, foto en un recuadro al centro y nombre del autor abajo. Ninguna obra profesional que veas en estantes de librerías tiene ese diseño y la portada de tu libro no debe desmerecer.
Lo mejor en este caso es contar con la ayuda de un diseñador profesional. Debes elegir a uno que tenga conocimientos de diseño editorial, que domine el tema de diseño de portadas para libros específicamente, pero también la maquetación de libros y documentos en general, así como la preparación de artes para impresión.
Cuando vayas a contratar a alguien, pregunta su experiencia en este ámbito y pídele muestras de trabajos anteriores para que puedas constatarlo. Ahora veamos algunos tips para que puedas obtener el mejor resultado y saber qué pedirle a tu diseñador al crear la portada de un libro.
1. Temática central del libro
El primer paso para obtener una buena portada es que el diseñador sepa de qué se trata tu libro. Por ello, debes hablar con tu diseñador y explicarle de forma breve el contenido de tu obra y la temática alrededor de la cual gira.
Si lo que vas a publicar es un libro de textos o académico, puede ser algo relativo a la materia de estudios. Si es un libro de entretenimiento o de memorias, alguna fotografía de las que colocarás en el contenido puede ser de utilidad. En el caso de novelas u otras obras literarias, los montajes fotográficos con retoques pueden ser una buena opción.
Por otro lado, puedes pedir al diseñador que cree una ilustración especial para tu portada. En este caso, deberás preguntarle previamente si tiene experiencia en el diseño de personajes o diseño de caricaturas y pedir que te muestre algunos.
Hay muchos libros —no solo infantiles— que poseen ilustraciones de portada muy llamativas. A lo mejor prefieras esta opción a una fotografía artística. En cualquier caso, pide 2 propuestas iniciales. Elige la que más te guste y haz los cambios que consideres necesarios.
Atención:
Si tu libro va a ser impreso, procura que los elementos importantes de la portada no queden cerca de las orillas. Esto es porque se imprime en pliegos y cuando se corta, se hace dentro de la imagen para no dejar bordes blancos. El diseñador debe colocar rebases a la portada: Una extensión del color o la ilustración que no importa que se pierda en el corte. El rebase debe tener al menos 1/8” de pulgada a cada lado. No tengas dudas de preguntarle al diseñador si se los ha colocado.
2. Tipografía de la portada
Como bien dice el dicho, para gustos, existen los colores. La tipografía que vayas a usar en tu libro es uno de los elementos donde puedes pedir lo que quieras. Sin embargo, ten en cuenta que la tipografía dice mucho de la naturaleza del libro.
Por ejemplo, si es un libro de terror, nadie esperaría letras cursivas como en una novela romántica.
Como ya conoce la temática del libro, pídele al diseñador que te proponga 2 tipografías distintas, pero que sean acordes con la misma. Procura que sea una tipografía fácil de leer. Que se distinga bien el nombre de tu obra y que esté bien visible en la portada. Además del nombre del libro, debes colocar el del autor con una tipografía similar, pero un poco más pequeña.
No importa si el texto va sobre la ilustración. Lo importante es que se lea bien y que tenga un color que haga juego con el de la imagen, sin que se pierda.
Si eres fanático de las mayúsculas, prefiere las versalitas para el título de tu libro, así como para el nombre del autor (ya seas tú o la institución que publica el documento).
3. Contraportada
Se trata de la parte de atrás del libro. Generalmente es de un color sólido, sin ilustración. También puede tener un recuadro con información sobre la obra. No es necesario que coloques ninguna imagen al reverso del libro, ni siquiera tu fotografía. La idea es que la imagen de portada se lleve el protagonismo.
La contraportada del libro es un elemento en el que no se suele pensar demasiado en un inicio. Sin embargo, es necesario que tengas lista la información que podrás. Cuando el diseñador realice el trabajo deberás entregar el texto a colocar.
Mantén el texto breve: 3 párrafos de 4 son suficientes. O puedes hacerlo en 2 de 6 líneas. En todo caso, procura no pasar de 12 renglones. Recuerda que se trata de un resumen, no del prólogo.
La tipografía a usar puede ser ligeramente más grande que el texto dentro del libro, pero debes mantener la misma. No uses solo mayúsculas para escribir esta información. Es de mal gusto y dificulta la lectura.
4. Lomo del libro
Este es un elemento que se usa solo si tu libro va impreso en físico. En digital no es necesario. Debe diseñarse con la misma tipografía que has usado en la portada o dentro del libro. No es recomendable que tenga ningún dibujo a fin de que se lea bien el texto.
Como el ancho del lomo depende de la cantidad de páginas y gramaje del papel, en algunos casos no es posible colocar este elemento (por ejemplo, si tu libro es muy delgado y va solo engrapado al centro como un folleto), por lo que no es obligatorio en toda impresión tampoco.
Sin embargo, si tu libro lo permite, no debes omitirlo, ya que le dará una presentación más profesional y elegante. Para la medida del lomo, la imprenta armará un dummy o muestra de papel en blanco. El mismo contendrá el total de páginas que el libro tendrá y con el mismo papel en el que vayan a imprimirlo. Por ello, tu portada debe ser editable, así se ajustará el lomo a la medida final.
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5. ISBN y código de barras
El ISBN (International Serial Book Number) es un número único que identifica al libro en cualquier biblioteca del mundo. Además, sirve para crear la ficha catalográfica (ficha de biblioteca).
También sirve para crear un código de barras para inventariar el libro en tiendas. El mismo se ubica preferiblemente en la parte posterior, es decir, en la contraportada. El ISBN lo puedes solicitar en las agencias del ISBN de tu país. En las bibliotecas pueden brindarte más información sobre el mismo. Para su trámite, deberás llenar una ficha de registro de autor (si no estás registrado) y una ficha de registro de la obra.
El trámite no suele demorar demasiado. Te entregarán el número en una semana o menos, dependiendo de la demanda que haya.
Con ese número, puedes pedir al diseñador que te cree el código de barras con un programa especializado, aunque esto es solo para documentos impresos. Pregunta al diseñador si puede hacerlo antes de encargar el trabajo. Si no, puedes usar el servicio de Tec-It Barcode Creator. Solo cerciórate de escribir bien el número y luego descarga la imagen del código antes de cerrar la página.
Nota: En ebooks, no es necesario un código de barras. Sin embargo, el ISBN sí debe tramitarse para ambos casos. Si la versión es digital, el ISBN es distinto. Debes pedir ambos por separado.
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6. Solapas
En algunos casos, las portadas pueden llevar solapas: Unos pequeños dobleces en la tapa, con información adicional acerca del autor. Puedes colocar en ellas tu fotografía, una breve biografía acerca de tu trayectoria como escritor o como profesional, así como información de contacto, redes sociales u otras obras publicadas. Este no es un elemento obligatorio. Solo úsalo si lo consideras necesario y no incrementa el costo de impresión (Si tu libro es digital, no se necesitan).
Si estás pensando en que la portada de tu libro tenga solapas, ten un resumen de esta información. Recuerda que el espacio es reducido, no debes extenderte más de 3 o 4 líneas en Word. Tampoco acá debes usar solo textos en mayúscula. La tipografía debe ser la misma que la del cuerpo del libro y ir solo con mayúsculas iniciales donde corresponda.
La solapa debe ser de un color sólido. No le coloques imágenes de fondo para que así los datos se lean bien.
7. Preparar el archivo editable para impresión
Si tu libro va a ser impreso, el archivo de tu portada debe ser entregado en un formato editable. Es decir, que pueda ser editado por la imprenta. Puede ser un PDF de alta resolución, pero es mejor que venga en el programa en el que se editó. En general, un diseñador editorial trabajará en InDesign, un programa de Adobe especialmente diseñado para diagramación de libros y revistas.
Esto es para que la imprenta realice los ajustes necesarios, especialmente en el lomo, pues el ancho del mismo dependerá, no solo de la cantidad de páginas, sino del gramaje del papel, como ya hemos comentado.
Conclusiones
La portada de un libro es un elemento fundamental a la hora de publicitarlo o darlo a conocer. Una buena portada puede hacer que el lector quiera saber más y puede incrementar las ventas de la obra o su número de lectores. Dicen que un libro no se debe juzgar por su portada, pero esa solo es una frase romántica sobre el valor de las personas. Cuando se habla objetivamente de obras literarias, la portada sí es un elemento importante.
No importa de qué se trata tu libro. El valor percibido del libro y de su contenido incrementan con una buena portada. Lastimosamente, por ser un elemento en el que se piensa casi al final, se suelen tomar decisiones apresuradas o recurrir al típico “creador de portadas gratis”. Pero si quieres crear la portada de un libro realmente impactante, se requiere de atención a los detalles. Después de todo, algo despersonalizado puede tener un efecto contrario a tu objetivo.
Como consejo final: antes de mandar a imprenta, haz una prueba de impresión en papel. Así te aseguras de que tu portada realmente ha quedado como quieres.
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